Espero y creo que los sentimientos que voy a transmitir en este libro de visitas lo compartan todos los que un día emigramos de nuestro querido pueblo (unos por neceaidad y yo, quizá sea el único que teniendo un puesto fijo de funcionario emigré por concurso oposición buscando nuevos horizantes para los seis hijos que entonces tenía que aumentaron en cuatro más). No sé, quizá me haya enrollado. Lo que quiero deciros es que a estas horas, once de la noche, del día de
San José, me quiero unir a todos vosotros que estáis disfrutando de estas fiestas con un cubata en la mano y también a los que, por una u otras causas no las disfrutan, para brindar con todos con el deseo de que unamos todos nuestros esfuerzos para salir de la crisis personal y general en que estamos sumidos. Arriba los corazones.
Ánimo y salud a todos, aunque yo, no puedo remediarlo, el día de San José fuera del pueblo, lo paso fatal. Nostalgia y añoranza recordando estos días y profunda melancolía. Me acuerdo de la víspera de San José...Más de una vez hemos juntado la noche con el día. Después de estar toda la víspera de fiesta alternando baile con las tapas que tomábamos en los seis bares provisionales que se ponían por las fiestas (donde hoy vive mi hermano Juan, bajos, su suegro ponía un bar, Retales donde hoy está la Farmacia,
Elias donde hoy está mi sobrino Juan Luis, Berrito a la vuelta, mi tía Pepa, El Chiquitín,
al lado de la Natalia). Perdonad el paréntisis.
Bueno, pues después de todo esto, un poco cargadetes, íbamos a algunas de nuestras casas a probar productos de las matanzas, dulces caseros, incluso yo, al acabar el baile, me he llevado a la orquesta completa a darle una serenata a mi novia en la calle Arriba. Entre los músicos iba mi primo Julián que se tropezó con un cuartón que había pasando la puerta de la Tarrana y dijo, creyendo que era una persona: "Usted perdone", pero dimos la serenata con acordeón, saxofón y tambor. Y sin acostarnos, íbamos a casa, nos lavábamos, (entonces no había duchas ni cuartos de baños) nos poníamos traje y corbata, pues los jóvenes de entonces usábamos trajes, a continuación íbamos a Misa y después continuábamos la fiesta (hablo por mí) hasta la madrugada del 19 al 20. En total 48 horas seguidas de fiesta, 40 cubatas...
En fin, desde la nostalgia y la tristeza por no estar ahí, un abrazo a todos y felices fiestas. Y por favor, fuera los aguafiestas, que sólo saben criticar sin aportar nada. No esperemos que nos lo den todo. Demos todos algo.
Que las fiestas son participación.
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